Zaira parte 22.

Adán como prometió llevo a Zaira ha hacerse el piercing en una tienda,mas o menos por las indicaciones del pesimo francés de Adán el anillador entendió lo que quería hacerse Zaira y el anillador le indico que se sentara en la camilla.

-Adán,¿Me va a doler verdad?

-Tranquila que es rápido.

El anillador saco las agujas de un maletín y Adán cogió de la mano a Zaira y ella cero los ojos muy fuerte.

-Ya esta Zaira,tranquila jajajajaj.

Dos lagrimas cayeron de los ojos de Zaira.

-Agüita como duele.

-Es normal jajajajaja.

Los dos se despidieron del anillador y salieron de la tienda a dar su ultimo paseo por Paris.

-Zaira¿Estas bien verdad?¿Te duele mucho todavía?

-No,ya solo me escuece un poco tranquilo jajajaja,¿A donde vamos?

-Vamos a ir al puente Pont des Arts.

-¿Que es eso?

-Es una sorpresa ahora lo veras.

Continuaron caminando durante 20 minutos y llegaron al puente y Adán saco del bolsillo de su sudadera un candado que tenia escrito el nombre de él y el de Zaira.

-Eres mas,mas,mas mono.

Adán coloco el candado en el puente y tiro la llave al río.

-Te quiero estúpida.

Los dos regresaron al apartamento cuando ya estaba empezando a anochecer y hacia frío.

-Adán gracias por todo,no solo por este viaje si no también por todo lo que has hecho por mí.

-Te quiero ¿Vale?y si tú quieres una estrella yo voy y vuelco el cielo.

Zaira se quedo sin palabras y lo abrazo.

-Me duele un poco la cabeza,voy a echarme un poco haber si me duermo.

-Duerme bien que mañana nos vamos temprano a casa.

-Con este dolor de cabeza dudo que me duerma.

Zaira se echo en la cama bocabajo y apoyo la cabeza en la almohada mientras Adán se cambiaba de ropa y cuando ella no se lo esperaba él se subió encima de su espalda y suave le quito la camisa a Zaira mientras posaba sus manos delicadamente acariciándole con las yemas de los dedos mientras muy delicadamente le desabrochaba el sujetador y volvía a posar sus dedos por la delicada espalda y piel de Zaira,cuando él se fue a dar cuenta ya ella había sido presa del sueño.

A la mañana siguiente ya estaban en el avión rumbo a Tenerife.

Continuara.

Me crezco ante los tropiezos y por necio he pagado bien alto el precio (Tego Calderon).